El p0der y la aut0ridad..... un gran dilema..!!!

Los autores que han realizado estudios sobre el poder organizacional y la autoridad han adaptado por lo general una de las siguientes perspectivas: o bien el poder ha sido definido ampliamente y el concepto de autoridad ha sido limitado al poder dependiente de la posición ocupada, o bien la autoridad ha sido considerada en su sentido más amplio y el concepto de poder restringido al ejercicio de la coerción.
Por la general, los autores que han tratado de establecer las fuentes y bases del poder y la autoridad las han referido a aquel concepto que han considerado, más amplio.
Weber diferencio el poder, (defiriéndolo como aquella acción de influencia que implicaba fuerza y coerción) del concepto más amplio de autoridad, y estableció cuatro bases de la autoridad:

  1. la racional-propositiva.
  2. La racional-valorativa.
  3. La tradicional.
  4. La afectiva.

Prescindió después de la base racional-valorativa y distinguió tres tipos de autoridad legítima: la autoridad legal, basada en la acción racional-propositiva, la autoridad tradicional, basada en la acción social tradicional y la autoridad carismática basada en la acción afectiva.
French y Raven (1968), caracterizaron el poder en su sentido más amplio, estableciendo las fuentes de poder ya expuestas. Desde esta perspectiva, cabe delimitar el concepto de autoridad, como aquel tipo de poder legítimo, (en una organización), que depende de la posición ocupada por el miembro que lo detenta. Según Katz y Kahn (1966), “por autoridad se entiende simplemente poder legítimo, poder dado a una persona o a un puesto en particular, poder reconocido por todos y que no solo considera adecuado y acepta aquel que lo tiene, sino aquellos sobre los que ejerce y aun otros miembros del sistema”. En nuestra opinión se incluiría en esta definición tanto el tipo legal como el tipo tradicional y quedaría excluida la “autoridad carismática”, que no dependería tanto de la posición del sujeto cuanto de sus características y habilidades personales.
El tipo de autoridad más característico de las organizaciones modernas es el denominado por Weber autoridad legal, que se caracteriza por las notas siguientes:

    1. Una organización continua de funciones oficiales sujetas a reglas.
    2. Una esfera específica de competencias basada en una división del trabajo, con autoridad y sanciones que aseguren una adecuada ejecución del rol.
    3. Un ordenamiento jerárquico de puestos en base a una supervisión y control.
    4. Gobierno sobre la conducta de un puesto mediante reglas y normas técnicas y el requerimiento de entrenamiento especializado para quienes ocupan ese puesto.
    5. Completa separación de los bienes que pertenecen a la organización y las pertenencias del sujeto que desempeña el puesto.
    6. Quien ocupa el puesto no tiene derechos sobre éste. No puede apropiarse de su posición oficial en interés propio.
    7. Los actos, las decisiones y las reglas administrativas se formulan por escrito… La combinación de documentos escritos y una organización continua de funciones oficiales constituyen “el puesto” que es foco de todos los tipos de acción organizacional moderna.

La autoridad es, pues, un poder legítimo que le viene al individuo en virtud de su posición en una estructura social organizada. La base de este poder es su legitimidad y la aceptación de esa autoridad es una cláusula clave en el contrato psicológico, y a veces en el legal, que sirve de bases al ingreso de un nuevo miembro en la organización.
El reconocimiento de la legitimidad no significa que se dé un perfecto cumplimiento en todo momento de las órdenes. Por esta razón, el poder legítimo, suele estar respaldado, a demás, por el poder de recompensar y de castigar, apoyándose así la autoridad legítima en un sistema auxiliar de recompensas y castigos.
Existe también una delimitación de la legitimidad, concepto que no explica, por tanto, todos los procesos de influencia y obediencia entre superiores y subordinados. El poder legítimo está limitado por reglas, leyes y valores y ello contribuye a su acepción por los miembros de la organización. Katz y Kahn (1978) han señalado cinco condiciones facilitaroras de aceptación:

  1. Un contexto social que posibilite los procesos de socialización normativa.
  2. Símbolos de autoridad reconocidos y apropiados.
  3. Claridad de las normas y requerimientos legales.
  4. Delimitación de penalizaciones y castigos que apoyen esa autoridad legal.
  5. Posibilidad de expulsión de aquellos miembros que no se conforman al sistema.

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